La cruel realidad: Falleció una mujer en situación de calle en la ciudad de Córdoba

Según el medio Cba 24, una mujer de 48 años que vivía en situación de calle junto a su pareja se descompensó y falleció a pesar de la asistencia recibida.

El mismo medio refiere, que este trágico hecho -vuelve a poner en el centro de la polémica- en situaciones de extrema vulnerabilidad que viven muchas personas que no tienen un techo donde vivir, y deben acudir a refugiarse en bancos de plazas, u otros espacios, cubiertos de viejas frazadas y fríos cartones, que le hagan sentir un poco de calidez.

Pero no sólo en Córdoba, esta realidad golpea fuerte, a quienes salen a las calles a observar esta triste realidad, si no que ya es una historia que se repite en lugares donde años atrás era impensado.

Y es por esto que, por ejemplo, en ciudades como Río Cuarto, Villa María, y también me adentro, en las entrañas de algunos pueblos, con el transcurrir de los años fue creciendo esta realidad.

En Río Cuarto, es parte del paisaje imperioso, ver la gente dormir en lugares inhumanos como así también el constante buscar en enormes residuos, algo para comer o vender.

En el caso del lamentable hecho de la ciudad de Córdoba, según informaron desde las autoridades de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano de la Municipalidad de Córdoba, la mujer y su pareja habían sido contactados en varias oportunidades para ser trasladados al refugio municipal y a los comedores dispuestos para personas en situación de calle, pero se negaron a hacerlo. 

Desde el Gobierno municipal, reiteraron que, en caso de ver a una persona en situación de calle, se puede denunciar la situación al número de teléfono 3515950589 llamando o por WhatsApp, para gestionar la asistencia.

Quizás esta sea la respuesta, pero en muchos casos no alcanza a cubrir el deseo que verdaderamente la mayoría de los seres humanos tienen y que es, dignidad.

Aquella que la otorga el haber podido estudiar, defenderse, para hoy a determinada altura de la vida tener un techo que le es propio, un plato de comida que supo ganar con su esfuerzo, y no recibir el pan para hoy y el hambre para mañana.

No se trata de avisar a los funcionarios, aunque sin desmerecer el hecho de muchos que lo hacen para ayudar, si no que se trata de que los mandatarios de antemano conozcan esta realidad que atraviesa a toda sociedad y que, para saberlo, basta apartarse unos instantes de esos intereses, como dijo Llaryora, -políticos-partidarios- y empezar a ocuparse por los verdaderos problemas que duelen.

Y en este punto no hace falta mencionarles que, duele el hambre de la gente, la falta de un techo, un trabajo digno, hacer que sus hijos estén en las escuelas y puedan aprender..., no hace falta.

Sólo hace falta que dejemos de deslumbrarnos por aquellos hombres y mujeres que llegan a la lejanía de los territorios a hacernos creer que nos traen un regalo en épocas de campaña.

En cientos de años, a muy pocos les tocó la magia de salir de la oscuridad, pero también el paso del tiempo comprueba cada vez más que a pesar de lo que nos quieren hacer creer que existe una claridad de oportunidades, cada día la pobreza, la indigencia, la indiferencia, lleva a la gente a querer volver a la oscuridad, porque sabe que ahí afuera,  pareciera no ser su lugar, y al sentirse ignorada, desplazada, se deja caer lentamente, en algunos casos, sobre el  banco de una plaza, se tapa con un cartón, y duerme para, quizás,  no despertar.