La travesura

La cuarentena de Fernández fue tal vez el mayor experimento social del qué se tenga registro en nuestro país.

Todo comenzó con la confianza, causa eficiente de la estafa.

En marzo de 2020 el mundo se detuvo y se dividió, nos hicieron creer que la derecha desplegaba planes para eliminar la mitad de la población mundial, pero el coronavirus surgió en Wu Han, tal vez en un laboratorio de forma controlada y digitada o tal vez por error humano, nunca lo sabremos.

Lo que si sabemos es que a partir de allí el mundo cambió, el miedo pasó a convertirse en una planificación descarada transmitido ad infinitum por la prensa y promovido desde el Estado.

En Argentina el Estado de convirtió en un Estado de excepción y eso dañó gravemente nuestra democracia porque se crearon órganos no democráticos para resolver la crisis sanitaria como el famoso "Consejo de Expertos" que un día deberá dar explicaciones a la justicia y en Córdoba el COE, la versión provincial de este consejo de expertos.

En el COE se integraron voluntarios que no eran personal de salud, miembros de las fuerzas armadas y de seguridad, y en los municipios o comunas gente puesta a dedo sin ninguna capacitación ni habilidad con el riesgo que eso conlleva para el Estado de derecho.

Por su la tragedia vivida no fuese lo bastante grande, Río Cuarto tuvo su propio capitulo, el medico trucho.

Un jóven de 19 años que actuó en un órgano con facultades casi ilimitadas fingiendo ser médico sin que nadie controle su validación académica y sin darse cuenta si actuaba o no acorde a lo que indica un profesional de la medicina.

Fue condenado a siete años, una burla y de alguna forma una confirmación de la estafa vivida por un Estado que fue literalmente el enemigo declarado de la libertad y que nos tuvo sujetos por largo tiempo a normativas cambiantes e incluso contradictorias con el órden democrático como los toques de queda o las sirenas imponiendo el terror en las localidades y promoviendo la clandestinidad y las conductas riesgosas.

Vivimos una dictadura, justificada en una emergencia sanitaria que permitió todo tipo de horrores y un daño enorme a la cultura, al sistema educativo y a la socialización.

El médico trucho parece no enojar al olvidadizo sentido común, en la memoria hay más de 110.000 muertos, todo tipo de atropellos, por caso la limitación impuesta desde el COE de dejar pasar al papá de Solange.

La cuarentena no debería pasar al olvido, y pienso que Fernández junto al consejo de expertos y la ministra Vizotti deberían ser imputados por delitos de lesa humanidad por ir contra la libertad, el órden democrático y la Constitución Nacional, esto claro, más allá del imperdonable daño económico en el que nos han sumergido.

Ni el flaco perdón de dios, recordar hasta que haya justicia.

Luciano Giuliani