Una noche de memoria viva: La Carlota proyectó “El amor está en las calles” y rindió un sentido homenaje a Isaías José Taricco Sánchez

Este sábado 6, La Carlota vivió una de esas jornadas que dejan huella. En el Cine Malvinas Argentinas se proyectó “El amor está en las calles”, un cortometraje nacido del trabajo comunitario del Centro de Divulgación de la Diversidad, dirigido por el cineasta Rodrigo Del Canto. La función no fue solo una proyección cinematográfica: fue la celebración de una historia compartida, la reivindicación de una lucha y la reafirmación de una identidad que durante años encontró obstáculos, silencios y resistencias.

Al finalizar la proyección, el público se trasladó a la Biblioteca Fray Miguel Medina. Allí se encendió un espacio íntimo, casi sagrado, donde familiares, amistades, integrantes del Centro de Divulgación y vecinos se reunieron para recordar y homenajear a Isaías José Taricco Sánchez, una figura imprescindible en la consolidación de la militancia por los derechos de la Diversidad en La Carlota. El aire estaba cargado de emoción: cada silla ocupada respiraba memoria y agradecimiento.

Un documental que recupera una lucha que comenzó en las calles

El cortometraje “El amor está en las calles” narra una historia reciente, pero profunda. Con sensibilidad y valentía, pone en pantalla el camino de quienes se animaron a romper el silencio e impulsar la visibilidad de la comunidad LGTB+ en una localidad donde el tema, durante décadas, fue tratado con tabú o indiferencia.

El film rescata el inicio de un movimiento que nació entre jóvenes que decidieron hacer historia: desde el primer izamiento de la bandera de la Diversidad en La Carlota, pasando por los reclamos de justicia por la muerte de Sofía Bravo, hasta la exigencia de la implementación efectiva de la Ley de Cupo Laboral Trans.

La obra también registra las primeras marchas locales, los encuentros de reflexión y debate, y —como un hito ineludible— la apertura del Centro de Divulgación de la Diversidad, que marcó una política pública concreta bajo la gestión de la intendenta Natalia Bellón. Ese espacio, hoy consolidado, dio estructura y contención a un colectivo que venía reclamando reconocimiento desde hacía años.

Con una narrativa ágil y un lenguaje visual cuidado, el documental alterna testimonios directos, imágenes de archivo y una selección musical que potencia cada relato. En cada voz aparece una historia personal, pero también la fuerza de una comunidad que eligió no retroceder.

 La palabra del director: Rodrigo Del Canto y el valor de construir cine desde la comunidad

El cineasta Rodrigo Del Canto, director del cortometraje, explicó que la producción se realizó gracias a un subsidio otorgado por el Polo Audiovisual de Córdoba. “Fue un apoyo dentro del programa de Cine Comunitario,  donde lo más importante es que el proceso se construye sin jerarquías, de manera horizontal, con la participación activa de todos”.

Esa metodología exigió una etapa previa de formación: Rodrigo capacitó al equipo en nociones de lenguaje audiovisual, manejo de cámaras, celulares, escritura de guion y realización de entrevistas. Para varios integrantes fue su primer contacto con una producción audiovisual, lo cual dotó al proyecto de un valor simbólico extra: formarse y crear al mismo tiempo.

El director señaló que la historia que eligieron narrar lo atraviesa profundamente. “Esta realidad no me es ajena. Estuve ahí, acompañé, caminé, sostuve y aprendí con ellos. Es una parte de mi militancia,  de mi compromiso con esta ciudad”, expresó con emoción.

El cortometraje ya recorrió varias salas y festivales: el Cine Cooperativo de Villa María, el Festival de Cine Comunitario de Córdoba, la Sala del Cine Club Municipal, entre otros. Por eso, para el equipo, proyectarlo finalmente en La Carlota significó mucho más que una función: fue volver al origen.

 
Obstáculos, silencios y una denuncia necesaria: el escaso apoyo a la Cultura

Durante la presentación, Rodrigo compartió un sentimiento que lo atravesó a lo largo del proceso: la falta de acompañamiento desde el ámbito de la Cultura local. “En general se le ha dado a la producción audiovisual una mirada excesivamente comercial. Y esto es cine comunitario: nace de la gente, de la necesidad de contar historias”, dijo.

Describió las dificultades que debieron enfrentar para lograr la proyección en el cine local: objeciones al formato del archivo, advertencias sobre posibles daños en el proyector, excusas y dilaciones. “Era una traba tras otra. Lo habíamos proyectado en todos lados sin problemas, pero acá siempre aparecía un impedimento nuevo”, lamentó.

También expresó su desilusión por la ausencia de autoridades municipales, pese a las invitaciones cursadas. “Me hubiera gustado que estuviera la secretaria de Cultura, la intendenta. El Centro de Divulgación forma parte de la estructura municipal. Dolió ver esa falta de voluntad política”, afirmó.

Aclaró que no discute todo lo realizado por la intendenta Natalia Bellón para acompañar el Centro de la Diversidad “porque siempre apoyó, pero lamentablemente en Cultura deja mucho que desear y estoy muy disgustado porque lo  vivo en carne propia”, sentenció.

Conmovió especialmente cuando recordó los años en que él y muchos vecinos pusieron el cuerpo para recuperar el cine. “Pasamos años limpiando ese lugar. ¿Por qué cerrarle las puertas a jóvenes que quieren hacer cine? ¿Por qué temer a que la gente cuente sus historias?”.

Aun con todo, Del Canto aseguró que seguirá trabajando en nuevos proyectos, entre ellos uno vinculado a los Veteranos de Malvinas. “Tengo una deuda pendiente con ellos. Este es solo el inicio. Hay mucho para contar”.

 
Un homenaje que abrazó la memoria: Isaías José Taricco Sánchez presente

El cierre de la noche tuvo un tono íntimo y profundo. En la Biblioteca Fray Miguel Medina se realizó el cine-debate y el micrófono abierto en homenaje a Isaías José Taricco Sánchez. Las luces bajaron y en la pantalla aparecieron imágenes de distintos momentos de su vida: marchas, abrazos, risas, miradas que contenían historias.

Isaías fue una presencia esencial en la militancia por los derechos de la Diversidad en La Carlota. Su compromiso dejó una marca imborrable, y así lo expresaron quienes hablaron esa noche.

Familiares, amigos, compañeros del Centro de Divulgación y vecinos tomaron la palabra. Algunos pronunciaron discursos, otros simplemente dejaron que las lágrimas hablaran. Hubo canciones que Isaías amaba, anécdotas llenas de ternura, reflexiones profundas y silencios que decían mucho más que cualquier frase.

Cada intervención pareció formar una especie de abrazo colectivo, un círculo de memoria que devolvía a Isaías al presente. La emoción fue compartida, palpable, sincera.

Con el correr de las palabras y los silencios compartidos, la noche fue encontrando su calma. Quienes asistieron al homenaje se retiraron con el corazón lleno: de tristeza, sí, pero también de gratitud y de una renovada convicción de que las luchas que Isaías impulsó siguen vivas en cada gesto colectivo. La proyección del cortometraje y el espacio de memoria no solo honraron su legado, sino que reafirmaron el valor de una comunidad que, pese a los obstáculos, continúa abriendo caminos. Porque en La Carlota, como expresó más de una voz esa noche, el amor y la diversida siguen estando, siempre, en las calles.